Los mitos del poliamor
Crecimos en una estructura social que nos ha enseñado una única forma de amar y relacionarnos sexo afectivamente en monogamia.
Es tremendo que nos enseñan no sólo que es la única forma de amar, sino que, además, nos dicen que eso es lo “natural” o lo “normal” por lo que crecemos, pensando que enamorarnos de dos o más personas al mismo tiempo es inmoral, anormal, incorrecto, impúdico y, sobre todo, que no es natural.
Nuestra cultura nos enseña que el matrimonio es la mejor manera de amar y ser amados, que nuestra pareja va a cumplir todas nuestras expectativas y cubrir todas nuestras necesidades emocionales y sexo afectivas, nos dicen que es nuestra media naranja y que ese amor durará toda la vida. Pero en algunas parejas únicamente les dura días, meses y a los que bien les va, les dura años. ¿O es quizás que el último grupo no quiso ó pudo resquebrajar el orden social impuesto y se quedaron el resto de sus vidas siendo infelices o transgrediendo el orden siendo infieles? Al día de hoy sabemos que los números de divorcios van en aumento o que cada vez menos parejas deciden casarse.
Estas creencias inculcadas en nuestra sociedad y cultura por medio de la educación y la religión no están funcionando como nos han mostrado en teoría. Entonces ¿Qué está pasando? ¿En qué estamos fallando?
Haciendo un análisis sobre la monogamia, el atrevernos a decir que es natural, no concuerda con datos científicos- Tras varios estudios y publicaciones al respecto, Judith Eve Lipton (psiquiatra) y David P. Barash (zoólogo) argumentan que la naturaleza humana no es monógama, sino lo opuesto. En sus resultados, señalan que lo dicho por las personas monógamas no coincide ni con su conducta ni con lo visto en los estudios biológicos. Estos y otros datos más, nos señalan como una especie polígama, pero socialmente intentamos mantener un vínculo impuesto, exclusivo entre hombre y mujer, aunque esta no sea nuestra verdadera inclinación evolutiva.
El Poliamor, es el término usado para referirse a la tendencia que tienen algunas personas a mantener más de una relación afectiva, íntima, emocional y sexual de forma simultánea con varias personas, con pleno consentimiento y conocimiento de todas las partes involucradas. En nuestro medio social, generalmente está mal visto y las religiones judeo-cristianas lo consideran inaceptable. Hablar de este tema y ponerlo sobre la mesa, resulta incómodo por la estigmatización, ignorancia y desinformación al mismo, como los siguientes mitos que mencionaremos a continuación:
Las personas que practican el Poliamor son promiscuas.
Siendo el mito más común, supone que las personas involucradas en esta forma relacional tienden a tener muchas parejas sexuales. El poliamor puede no estar ligado a la sexualidad, y es parte de la amplia diversidad sexual de nuestra sociedad.
Ejemplos: Las personas asexuales, es decir, que no sienten ninguna atracción sexual, pero si sienten atracción emocional e intelectual, sus relaciones se basan en lo afectivo y deciden tener varias parejas que satisfagan estas necesidades. Otro caso se presenta en la grisexualidad, se trata de personas que sienten atracción sexual en situaciones muy específicas, por lo que, sus relaciones pueden ser sexuales y otras solo afectivas. Otro aspecto que hay que exponer aquí, es que estar en relaciones sexo-afectivas de manera simultánea con más de una persona requiere más tiempo, esfuerzo, recursos y gestión emocional que, en una relación monógama, y eso resta más eventos sexuales de los que se piensa.
Es importante desmitificar el tema de la promiscuidad en el poliamor, recalcando que, tener una vida sexual activa con más de una persona no es negativo si se lleva de manera responsable y protegida, y es parte indispensable de la responsabilidad afectiva de los poliamorosos.
En el Poliamor no puede existir fidelidad.
Existe una estigmatización acerca de la fidelidad en estas relaciones, y señalan la incapacidad de ser fiel. Ajeno a la realidad, en estas relaciones una parte fundamental es la honestidad y la transparencia, así como los acuerdos que son importantes condiciones para la lealtad. En estas relaciones, importan las necesidades de todas las personas involucradas y también existe consentimiento y acuerdos para que puedan ser funcionales y satisfactorias.
No se puede tener hijos en relaciones Poliamorosas.
Los detractores de este tipo de relaciones, aseguran que perjudica a las infancias y a su desarrollo. En el estudio de Elizabet Sheff (socióloga) de la Universidad de Colorado sobre niñas y niños criados en familias poliamorosas en edades van desde los 5 a los 17 años y contrario al mito, ha encontrado ventajas. Las y los adultos tienen más ayuda al cuidar de los chicos, y siempre tienen una persona mayor de confianza con la que compartir juegos e inquietudes.
Las personas que practican el Poliamor tienen miedo al compromiso.
El principal ingrediente de las relaciones no monógamas es la responsabilidad afectiva, sin esto, las relaciones no pueden ser funcionales, ya que requieren, un compromiso con todas las partes involucradas. Las evidencias científicas han ido desmontando las creencias antiguas y abierto un debate interesante a poner sobre la mesa. Existen razones sólidas para pensar que somos capaces de amar a más de una persona.
Después de leer esto, ¿crees todavía en los mitos sobre el poliamor?
Para leer más:
Lipton, J. E. y Barash, David P. (2003) El mito de la monogamia. La fidelidad entre los animales y las personas. Siglo XXI.